EPEC y el alumbrado público

 

MEJORAR EL ALUMBRADO PUBLICO

El acuerdo entre la Municipalidad de Córdoba y el Suoem para renovar el sistema de alumbrado público es una buena noticia, aunque revela demoras y falencias del municipio en el tema.

La Municipalidad de Córdoba y el Sindicato de Obreros y Empleados Municipales (Suoem) llegaron finalmente a un acuerdo para reparar nueve mil luminarias de la ciudad, a las que se sumarán otras 8.500 que colocará la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (Epec), en este caso por un convenio con el Gobierno provincial.
Según lo acordado en primer término, se reemplazarán las antiguas farolas de luz blanca o de mercurio por nuevas de sodio, cuya iluminación es de mayor consistencia y durabilidad, además de adecuarse a los criterios modernos que imperan en las grandes ciudades del mundo. La tarea será llevada a cabo por el personal que está naturalmente destinado a ella, o sea el perteneciente al área de Alumbrado Público del municipio.
Se trata, por cierto, de una buena noticia, ya que el acuerdo permitirá –si las cosas se hacen bien– mejorar el sistema de iluminación pública de Córdoba, en cuya extensa superficie de más de 570 kilómetros cuadrados exhibe serias deficiencias, no sólo en barrios de la periferia sino también en las áreas céntricas. Además, de acuerdo al cálculo gremial, supone un ahorro importante en comparación con el acuerdo al que llegaron el municipio y la Provincia.
Las quejas de los vecinos sobre la falta de iluminación se hacen sentir en forma constante, además de que la carencia de luz –en especial en horas nocturnas– alienta la realización de todo tipo de delitos.
En tanto, el otro acuerdo establece que Epec instalará las 8.500 luminarias previstas en barrios en que la empresa provincial ya realiza tareas de ensamblado de cables con el fin de prevenir el robo de energía, que ha aumentado en gran escala en los últimos tiempos.
Y también es una buena noticia, porque resulta muy positivo que los empleados municipales y provinciales empiecen a brindar más servicios. El empleado público no está para estar sentado todo el tiempo en una oficina o sin realizar tareas, aunque las labores administrativas sean también necesarias, sino para estar en la calle en la prestación y mantenimiento de los servicios, en este caso del municipio. Y esto no vale sólo para el alumbrado público, sino también para otros servicios básicos, entre ellos el ordenamiento del tránsito, que prácticamente no existe.
A lo positivo, hay agregar lo negativo. La actual gestión municipal, a meses de terminar su mandato, no se ha caracterizado por su eficiencia sino más bien por lo contrario. La propuesta del Suoem convertida hoy en acuerdo fue elevada a las autoridades hace casi un año por parte de empleados y técnicos responsables, sin ser considerada en ese plazo por los funcionarios. Estos parecían más ocupados en solucionar problemas de conducción y en el internismo partidario que en mejorar los acotados servicios municipales.

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